El precio del equipamiento fitness y del equipamiento deportivo en general va a subir de manera inminente. Es una realidad.
Así que si solo has entrado para confirmar esta noticia, ya puedes irte a comprar esa jaula de potencia o barra olímpica con la llevabas tanto tiempo soñando.
Pero si quieres entender las razones detrás de esta subida y los posibles escenarios, quédate conmigo hasta el final de este artículo.
Introducción: fabricación de equipamiento deportivo para dummies

Operarios en empresa metalúrigca [Foto de Kateryna Babaieva en Pexels]
Antes de meternos en faena, comencemos por la base: el grueso del equipamiento que empleamos en nuestro gimnasio está compuesto por acero: una aleación de hierro y carbono.
Grosso modo, podemos diferenciar cuatro grandes fases en la producción de este equipamiento:
Fase 1 - Extracción del hierro (industria minera)
El hierro no se encuentra en estado puro en la naturaleza, sino que está presente en diversas rocas. Así, esta primera fase abarca tanto la obtención de dichas rocas, como la posterior extracción del hierro y conversión en pellets (bolitas fácilmente transportables).
Fase 2 - Fabricación del acero (industria metalúrgica)
Estos pellets se conducen hasta las plantas siderúrgicas, donde se desarrolla una primera fundición para obtener hierro líquido (arrabio) y una segunda para obtener el acero que será finalmente moldeado en diferentes formatos. Dicho esto, es muy habitual el empleo de chatarra con el fin de reducir los requerimientos de hierro.
Fase 3 - Fabricación del producto final (industria manufacturera)
Este acero en forma de planchas, bovinas, etc. se transporta hasta uno o más centros de producción en los que se transforma en el producto final que identificamos como equipamiento deportivo.
Fase 4 - Distribución y/o venta al consumidor final
Una vez obtenido el producto final, el fabricante puede optar por vender el producto a otras empresas intermediarias o por venderlo directamente al consumidor final.
Dicho esto, conviene tener presente que, por muchas mancuernas que algunos acumulen en su gimnasio, el equipamiento deportivo solo representa una ínfima parte del destino de acero.

Además, entre todas estas fases hay hilo conductor clave: la logística o, más sencillamente, el transporte.
Dentro de éste juega un papel primordial el desarrollado por mar mediante el uso de containers como los de la imagen de la cabecera.
Por cierto, ¿adivinas con qué se fabrican estos contenedores? En efecto, también de acero.
Quédate con esta idea.
El problema del dumping del acero chino
Varios de los análisis que he leído comienzan poniendo el foco de la situación en el efecto del Covid sobre los mercados.
Sin embargo, existe un problema comercial que se remonta varios años y que tiene a China como protagonista: el dumping del acero.

Artículo del diario Estrategia y Negocios (16-2-2016)
China es con mucha diferencia el mayor productor de acero mundial.
El conjunto de sus industrias produjo en 2019 más de 800 millones de toneladas de acero en bruto. Casi la mitad de toda la producción mundial.
Naturalmente, la gran mayoría de este acero no se queda en China, sino que es exportado a todo el mundo a precios ridículamente bajos. De hecho, inferiores a los costes de producción.
¿Qué buscan con esto las compañías chinas (subvencionadas por su gobierno)?
Hundir las industrias locales-incapaces de competir con semejantes precios-, monopolizar el mercado y, llegado el momento, alzar los precios a placer.
Es el llamado dumping o competencia desleal, también supuestamente empleado por otros estados como Turquía, Rusia o Indonesia.

Artículo del blog Cinco Días (4-8-2016)
España no es ajena a este fenómeno mundial.
Las barreras comerciales de la Unión Europea no han logrado frenar la llegada masiva de acero chino, causando una inevitable caída de los precios y la agonía de muchas de las acerías nacionales.
Paradójicamente, la normativa ambiental europea también acaba favoreciendo la importación de este acero, al someter a las empresas locales a un régimen mucho más estricto y costoso que el existente en los países exportadores.
Y en esas llegó el Covid-19

En este contexto de precios bajos y batalla comercial, aparece el dichoso "bicho".
La propagación del virus durante el primer semestre de 2020, obligó a paralizar la actividad de las industrias asiáticas, primero, y de las europeas, después.
Aquí se incluyen sectores muy demandantes de acero, como la construcción, los proyectos de ingeniería o a la automoción.
En consecuencia, la demanda de este metal cayó y su precio se hundió (todavía más).
Además, miles y miles de esos containers empleados en el transporte de mercancías quedaron "atrapados" en sus lugares de destino, no pudiendo regresar a sus países de origen.
Reactivación económica y precios alcistas

Este gráfico de contratos de futuro de bobina de acero en USA (vía Investing) nos sirve para ilustrar la subida de precios acontecida a partir del segundo semestre de 2020
A partir del segundo semestre de 2020, el comercio global comenzó a retomar su actividad.
Los grandes consumidores de acero que ya hemos apuntado volvieron con mucha fuerza, incrementando su demanda.
Sin embargo, las principales acerías seguían lastradas por la parálisis del primer semestre, formándose un cuello de botella que impedía (e impide) satisfacer tal demanda.
Como consecuencia de esta restricción de la oferta y viendo la oportunidad de compensar años de precios bajos, las grandes productoras de acero decidieron subir los precios.
Y es así como de un extremo hemos pasado al otro.

A mayor oferta y menor demanda, precios bajos. A mayor demanda y menor oferta, precios altos. Es la lógica del equilibrio del mercado, agravada por los precedentes del dumping (ilustración cortesía de AM Industries).
A esta situación hay que añadir otro componente clave: la falta de contenedores y la (posible) especulación de las grandes empresas transportistas.
Como hemos visto, buena parte de estos containers quedaron atrapados en sus puertos de destino con el inicio de la pandemia, no pudiendo ser rescatados hasta muchos meses después.
Dado que la falta de acero imposibilitó la fabricación de nuevos contenedores y la tramitación de los envíos en los existentes, las navieras optaron también para subir bastante los precios. De hecho, hasta multiplicarlos por cinco en muchos casos.

Artículo del diario El País (19-1-2021)
Esta es la razón por la que también se incrementará el precio de artículos deportivos de muy variada índole: discos bumpers, mancuernas de goma, pesas rusas, combas de saltar, pavimento de caucho...
La pregunta del millón: ¿hasta cuándo se mantendrá esta situación?
Seguramente el lector ávido se habrá percatado de un hecho: a pesar de que el precio del acero comenzó a subir a mediados del pasado año, los consumidores finales de España no hemos comenzado a notar sus efectos hasta finales de febrero.
Pero, ¿por qué este retraso?
Muy sencillo: por el agotamiento de todos los pedidos adquiridos conforme a los precios previos al "subidón" y la necesidad de renovar stocks según los nuevos.
Todo esto ya nos da una pista:
Incluso si el precio del acero cayera mañana de golpe, la subida de precios de equipamiento deportivo se mantendría un mínimo aproximado de 8 meses (hasta finales de 2021), pues los nuevos stocks ya han sido negociados conforme a los precios actuales del acero.
¿El máximo? Dependerá de la situación epidemiológica, la capacidad productiva de las acerías, las cadenas de suministros y de otros marcadores económicos globales.
Las fuentes consultadas apuntan a que esta tendencia alcista del acero puede continuar hasta final del año, lo que significa que el incremento de precios del equipamiento deportivo puede alargarse hasta bien entrado 2022.
La (verdadera) pregunta del millón: ¿cuánto subirán los precios de equipamiento deportivo?
Me temo que no hay una respuesta definida.
Dependerá de qué margen de beneficios esté dispuesto a sacrificar cada compañía ligada al proceso productivo: acerías, transportistas, fabricantes...
Los porcentajes que he escuchado son variables y dependerán del tipo de producto en cuestión, siendo más acusados previsiblemente en los derivados del acero y menos en los que no.
No queda otra, por tanto, que permanecer vigilantes al mercado.
Intentaré aportar mi granito de arena en este sentido.
Algunas conclusiones finales
Agradecimiento especial a Conecban, Arania, Racks Rooster, The Box Forge y Maniak Fitness por la información facilitada para la elaboración de este artículo.
Un trabajo impecable Jaime, conciso y ameno, da gusto ver el mimo que le pones.
Algún día espero montarme un gimnasio en casa, pero como para eso aún queda un rato me sentaré a ver como se acomodan, espero, de nuevo los precios del acero.
Otro lado espero que dejemos de depender tanto de las importaciones de China, dejando, entre otras cosas, de poner trabas las empresas más cercanas a nuestro entorno. Se exige poco a lo que entra y mucho a lo de aquí, y así es imposible.
¡Un abrazote!
Muchas gracias, camarada. Me alegro que te guste.
En efecto, puede abrirse una brecha de oportunidad para que se igualen unos y otros en términos de coste final para el comprador.
Dicho esto, como me comentaba un fabricante local, mientras los costes salariales en China sean tan extremadamente bajos, será difícil (sino imposible) esta competencia en igualdad.
Creo que la clave pasa porque los fabricantes nacionales destaquen la calidad y valor añadido de sus productos. En este punto será fundamental que definan bien su estrategia de marketing y posicionamiento (a menudo ausente).
Un saludo y mil gracias 😉